La Universidad de Cambridge, la segunda más prestigiosa del mundo, no tendrá clases presenciales el año que viene. Lo ha anunciado esta semana y ha removido todas las mesas de expertos que discuten si volver a las aulas ya o en septiembre. Algunas facultades de la Universidad Complutense de Madrid harán en junio exámenes presenciales y una alumna de Psicología subió un vídeo llorando porque su padrastro había muerto de Covid-19: “Los exámenes presenciales son un riesgo no sólo de salud física, sino psicológica”.
https://platform.twitter.com/widgets.jsEstoy agotada de esto, de verdad que siento mucho tener que exponerme así en redes, pero no puedo más @UCMverguenza (1/2) #EscuchaUCM pic.twitter.com/rUKpMp80yB
— Kikas 🐺 (@lakikatu) May 11, 2020
En Mallorca, UIB y CESAG mantienen los exámenes online este curso. Algunos centros se han adaptado tan bien a la formación a distancia que hacen que nos planteemos muchas metodologías. En España, la enseñanza de 6 a 16 años es obligatoriamente presencial. No existe una ley que regule el homeschooling, es decir, niños que se forman íntegramente en su casa. En cambio, EEUU y la mayoría de países de Europa sí la tienen desde hace años. En Portugal, por ejemplo, los niños pueden formarse en casa y sólo hacen exámenes presenciales al final de cada ciclo.

Bernard Shaw, Nobel de Literatura en 1925, dijo: “Desde muy niño tuve que interrumpir mi educación para ir a la escuela”. Albert Einstein también tuvo una visión crítica: “Es un milagro que la curiosidad sobreviva a los sistemas formales de educación”. Asimismo, el popular educador Ken Robinson (uno de los más vistos en Youtube) está convencido de que la escuela tradicional mata la creatividad.
El pionero de esta idea fue el austríaco Ivan Illich, que en 1971 publicó el ensayo La sociedad desescolarizada, donde defiende que gran parte del aprendizaje se produce en marcos informales y pone el ejemplo de las lenguas extranjeras. ¿Dónde aprendemos realmente inglés? Illich fue un visionario porque imaginó un mundo conectado por ordenador donde los alumnos pudieran elegir libremente a sus profesores y contactar con personas con sus mismas inquietudes. Dice que por fin los ciudadanos se podrían formar libremente porque no estarían sometidos a la decimonónica instrucción del Estado y las patronales educativas.
En España hay más de 2.000 familias que hacen homeschooling y se arriesgan a que les sancionen por abandono o absentismo escolar. No obstante, si hay buena fe y los inspectores comprueban que los menores siguen el currículum oficial suelen archivar el caso. El tema ha llegado a la Justicia y hay sentencias en ambos sentidos, lo que crea una enorme inseguridad.
Yo, ejerza de alumno o profesor, prefiero la educación presencial pero respeto el deseo de quien quiere formarse a distancia. Esto, si se hace de manera controlada, beneficiaría a todos: habría menos masificación y menos gasto público. La libertad es, casi siempre, la mejor opción.
(Columna Tejiendo historia, publicada en Ultima Hora el viernes 22 de mayo de 2020. Sale cada 15 días en papel).