En el aniversario del Desembarco de Bayo es importante revelar el papel que tuvieron los anarquistas. Aquellos que vinieron a cambiar el mundo (como los comunistas, pero a su manera) y no a restablecer la República burguesa de 1931. Por eso, quiero tejer en este artículo algo de memoria libertaria; no memoria democrática, como se le llama desde las instituciones.
En el frente de Mallorca lucharon más de mil anarquistas organizados en la Columna del Sindicato del Transporte Marítimo de la CNT. Ocuparon el sector norte, desde Son Carrió hasta Son Servera, y su papel fue más decente de lo que se ha contado. Estaban acostumbrados a organizarse en el sindicato y cumplieron las órdenes del capitán Bayo, aunque llevaran banderas diferentes. Salvo excepciones –se negaron a tomar Dragonera–, fueron disciplinados y demostraron mucho coraje.
Esta columna desembarcó en Sa Coma el 16 de agosto de 1936 y tomaron las montañas más valiosas de todo el frente: Ses Talaies, Na Penyal y el Puig de Sa Font. Desde ellas dominaban Son Carrió, Son Servera y admiraban el pueblo de Sant Llorenç, donde podrían haber llegado con algo de suerte y apoyo. Eran civiles sin instrucción ni experiencia de combate en campo abierto. Con un fusil y bombas de mano se enfrentaron a un ejército regular y supieron resistir. Sólo se retiraron porque Bayo les engañó para reembarcar el 4 de septiembre. Si les hubiera dicho la verdad, no habrían obedecido.
El historiador Gonzalo Berger ha registrado 89 muertos de esta columna. En el proyecto Batalla de Mallorca llevamos cuatro años documentando los restos arqueológicos de aquel combate y los datos demuestran que la lucha fue más dura de lo que creíamos. En Son Servera, Sant Llorenç y Manacor se libró la primera batalla de la guerra civil con armada, aviación, artillería y todo tipo de combatientes.
Las memorias inéditas de Tòfol Pons Tortella, uno de los líderes anarquistas, arrojarán más luz sobre el tema. Los historiadores Jordi Maíz y Tomeu Miquel preparan su publicación para enero y en ella El Rubio –como le llamaban– detalla toda la historia de la columna. Tòfol era menorquín, sobrevivió a la guerra y murió en 1998. En una entrevista a Perlas y Cuevas en 1986, explicó al gran periodista Rafael Ferrer por qué vinieron a Mallorca: “Nuestro objetivo era organizar la revolución en los lugares conquistados. Es decir, que nuestro propósito no era hacer solamente la guerra, sino con ella la revolución, porque sabíamos lo que una República significaba en contenido social y no queríamos arriesgar nuestras vidas para volver a un sistema del cual ya habíamos sido víctimas”. Memoria libertaria.
(Columna Tejiendo historia, publicada en Ultima Hora el viernes 14 de agosto de 2020. Sale cada 15 días en papel).
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